¿Y cómo he acabado yo aquí?

Sé que no me conocéis, así que creedme cuando os digo que, en principio, no tiene mucho sentido que yo esté por esta parte de la blogosfera. 

Ni mi madre, ni mi abuela, ni mis tías más cercanas se han maquillado casi nunca, y ya no hablemos de echarse cremas. Yo llegué a los casi 32 años (me faltaban uno o dos meses) poniéndome sólo base de maquillaje para ir a trabajar (y sólo los últimos años) y pintándome un poquito ojos y labios cuando salía. Todo el maquillaje que tenía me cabía en un neceser pequeño, y sólo usaba una hidratante, antes de la base.

Entonces, un día de marzo o abril de 2012, me di cuenta que la piel de mi cara ya no estaba como antes, tenía manchas y rojeces, y las ojeras que me salieron a los 28 años se habían hecho perennes. ¿El problema? No tenía ninguna mujer experimentada a mano que me ayudase. Así que recurrí a Youtube para encontrar algún vídeo con el que aprender a maquillarme bien, y... abrí la caja de Pandora.

Desde entonces mi colección de maquillaje se ha multiplicado por cien y tengo los armarios del baño invadidos con cremas varias, para asombro y desesperación (y un poco de recochineo) de mi novio.

En este último año escaso he aprendido muchas cosas que quiero compartir con vosotros, así como los descubrimientos que siga haciendo. De modo que:

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